
Ha llegado el verano, o por lo menos ese calor que anuncia que no hay marcha atrás, que puede que haya días mas fresquitos, pero nada más, el resto será calor como nos corresponde a esta época del año, y quizás también agravado por aquello del cambio climático.
Ha llegado la crisis, ese espacio en el tiempo en que todo es diferente a como nos habían contado, donde el luchar trabajando para conseguir bienes y servicios que nos facilitaran la vida, a nosotros/as y a otras gentes, estudiantes, pensionistas, discapacitados/as, mujeres con violencia de genero, parados y paradas, personas en situación de excluidos o a punto de serlo, bueno pues todo ese discurso, que habíamos llegado a creernos, hoy nos dicen que es mentira, que ha llegado otro momento, otra época, y que solo se salvarán los más fuertes, los mejor preparados, es decir, los ricos, los que no dependen de su fuerza de trabajo para sobrevivir o peor aún aquellos que ni siquiera les queda el ponder vender su fuerza de trabajo.
Han llegado también las olas, con espuma casi todas, como le corresponde a una o varias olas a la vez, olas que abren paso a la poesía, donde lo dicho se parece a lo que se decía pero se puede interpretar que quizás no fuese así, donde como dice Sabina la Luna debe tres años de alquiler, o donde el mar tiene nombre, las flores hablan con la primavera y sobre todo el hombre y la mujer se enfrentan al terrible hecho de dejar por escrito lo que se piensa.
Ha llegado del tiempo del ser y no del estar, ya no valen las formas más o menos aceptadas de la calidad de vida basada en el consumo, ahora son los besos los que hemos dejado atrás y tendremos que recuperarlos, y el espacio para “perder” el tiempo con un amigo/a hablando de mis cosas que son tus cosas, y el cariño del abrazo por el tiempo que hace que no siento que estas ahí.
Ha llegado el tiempo del SER y lo hemos de reivindicar, dejemos que los economistas hablen de lo que saben, de papel, dejemos que los entupidos analistas sigan diciendo lo que ha de ocurrir, porque mientras ellos están haciendo su asquerosa tarea, nosotros y nosotras nos estaremos besando y eso por más que les duela no podrán, no sabrán como cobrarlo.
Ha llegado tu momento, ahora si puedes ser tú, aprovechemos esta oportunidad que nos brinda el tiempo.
Ojalá que llueva café en el campo.
Jose Salvador
Mayo 2010
Con amigos y amigas.