“El tiempo pasa nos vamos haciendo viejos”, según dice la canción de Pablo Milanés, claro que pasa y mal seria si no pasara, lo de hacerse viejos es otra cosa por lo menos en lo físico, pues dependerá y mucho de las posibilidades económicas que hayamos tenido para llegar sanos y salvos a cierta edad, a mayor riqueza mejor alimentación, así lo dicen todos los estudios realizados hasta la fecha, por sociólogos, antropólogos, médicos y urbanistas.
La cirugía también influye, no es solo la genética heredada de un barrio pobre o un barrio rico, de un asalariado o de un mantenido por su herencia. Lo digo, porque al mirar a nuestro alrededor seguramente veamos más o menos iguales a todos nuestros convecinos en su semejanza de edad y apariencia, es cierto, que algunos y algunas están estupendos para la edad que tienen, y les puedes quitar entre 5 y 10 años con referencia a su edad biológica, pero si nos alejamos de la vecindad y nos adentramos en el mundo del papel couché, famosos influencer, youtubers, actores y actrices, personas del mundo de la música, de la televisión, radio, deportistas de élite y alguno que se escapará de ese campo humano, la diferencia entre la edad aparente y la edad biológica se diluye.
Es difícil adivinar cuantos años tiene Chers o Ana Rosa Quintana, cuántos años tendrá Antonio Banderas o Brad Pitt, todos ellos y ellas no solo disponen de una genética más agraciada, sino que además tienen las posibilidades económicas de mantener una dieta rica y sana con todos los nutrientes necesarios, alejan de su cuerpo aquello que a los demás nos provoca colesterol o diabetes, acceden a gimnasios en su propia casa o a rutinas de ejercicio elaboradas y supervisadas por su entrenador o entrenadora personal, a todo esto, que ya de por sí es mucho más a lo que tú y yo podemos acceder, se le une, las cremas y cirugía, se convierten en “victimas” de su propia belleza.
Pero a los otros a las otras, a ese grupo privilegiado de famosos y grandes empresarios, eso le trae al pairo, para ellos la navidad es gastar mucho y ganar mucho más, no se preocupan en exceso de lo que van a consumir ya que serán las mejores frutas, el mejor marisco, la mejor carne y los dulces más exquisitos, sus dietistas, entrenadores/as personales, médicos/as, y esteticistas, … les indicarán cual es el camino a seguir para que el 10 de enero estén igual o mejor que estaban el pasado 10 de diciembre.
Yo, y te aconsejo que hagas lo mismo, acabo de tirar mi bascula al contenedor y hasta más allá de abril no pienso recuperarla, demasiadas comeduras de tarro llevo ya con tanta información de lo mal que va a estar mi cuerpo en mi vejez, como para encima, estar pendiente de la cantidad de peso que he cogido y estoy seguro que eso no era mío.
No sería descabellado que se pudiera legislar sobre la compra, me explico, cada persona tendría una tarjeta para realizar la compra según sus posibilidades económicas, pongo un ejemplo: que usted o yo compramos un kg de gambas para la cena de Navidad, nos costaría 15 euros, que lo compra Ana Rosa Quintana 250 euros, que lo compra Cristiano Ronaldo 1000 euros, al final es como si todos pagáramos lo mismo por el mismo producto, el déficit que nosotros y nosotras provocamos, se anula con lo que pagan esas celebritis. ¿complicado?, yo lo veo fácil, no se tú.
Las navidades serían mucho más asequibles para todo el mundo, y aquellos y aquellas, que los hay, que no pueden tener ni los mínimos, debemos asegurar que acceden a través de (comedores sociales, ayudas públicas, ingreso mínimo vital, …) a celebrar la navidad en las mismas condiciones que el resto, es decir, con sus cenas de productos típicos de las fechas y sus respectivos regalos.
Continuará…
Jose L. Salvador Castelo
Educador social y Antropólogo.
Diciembre 2023