Llegó el último viaje, que seguramente nadie deseamos, pero que siempre ha de llegar, llego para hacer un camino diferente, que desconocemos que ni tú ni nadie sabemos a ciencia cierta cual será, bueno tú hoy ya lo has descubierto, es lo último que hacemos, descubrir nuestra propia muerte.
Te has ido dejando huella, como la dejan los grandes hombres, los hombres buenos, te has ido de madrugada, esas madrugadas que tanto temías cuando luchabas desde los sótanos escondidos de las más humildes casas, camuflados en las parroquias de barrio, escondidos al son del no pasarán.
Te has ido, lento, despacio, aprovechando el tiempo, viviendo 92 años, pasito a pasito, y siempre por tu camino, el de la Libertad, la Justicia Social, y la paz. Te has ido para no volver, como esa máquina de carbón que arrastraba el tren que tu tanto conocías, hijo de guardagujas, hijo de obrero, y así fuiste toda tu vida, obrero y llevaste la dignidad de los tuyos hasta el final, pagaste por ello en las cárceles del país que te vio nacer, estuviste exiliado y allí conociste a Josefina paisana mía de Fondón en Almería, y hoy estaba ahí a tu lado, acompañando estos momentos de despedida junto a los tuyos, y a otros que no lo eran tanto.
Viviste el amor como la lucha, poco a poco, sin dejarla marchar ni un momento, sin persistir en el intento de poner un granito cada día, ello te dignifica como obrero y te engrandece como Hombre.
Gracias, porque hemos compartido momentos, huelgas, lecturas y músicas, todo ello sin llegar a conocernos en persona, yo a ti si te he visto alguna vez, pero nunca intercambiamos palabra, pero aún así se que muchas veces hemos caminado juntos.
Adiós para siempre y ojala tu memoria nunca sea borrada y tu lucha sea presentada cada vez, que como en estos tiempos, los enemigos de la justicia social, tus enemigos, quieran borrar todo aquello que con tu lucha y la de tus compañeros, con las comisiones obreras, se han conseguido.
Hasta siempre compañero, hasta siempre.
Jose Salvador
29 de octubre 2010