Tener la capacidad de aguantar este
inmenso calor sin gritar
sin dejar que el ventilador de más
vueltas de las necesarias
no perder los estribos cuando el sudor
baja por tu nariz
no perder los estribos ni siquiera
cuando no sudas
es un ejercicio de sumo control, más
que dejar de fumar
incluso mucho más que dejar de comer
chocolate.
Tener la capacidad de mirar cada uno de
los segundos que pasan
y no contarlos para q
ue no se te haga
eterna la espera
porque en el fondo la espera no sabes
que es
mirar y no perder la vista en el
infinito
ni siquiera perderla en tu cuerpo
sudoroso
por este eterno y miserable calor
Tener la capacidad de reír cada minuto
como si un minuto fuese lo más eterno
del momento
sin perder ninguna brisa cercana
que pueda dejar en tu cara la calma
del final de la tarde veraniega
Tener la capacidad de oler la tarde
ese olor a siesta
a café frio y abanicos de madera
olor a cuerpo, a tiempo
a sal sin tener un mar cerca.
Tener la capacidad de gritar y sentir
sentir que lo sentido esta pasando
y tienes que volver a vivir
para volver a sentir
querer que otros sientan y volver a
gritar
esta vez no para tí, sino para él
para que sienta que estas y que quieres
que este
que sienta que le duela no sentir
Tener la capacidad de decir lo que uno
siente
mientras vamos despojándonos de
nuestros escudos
el escudo del cuerpo imperfecto
el escudo de miedo
el escudo de la palabra ofensiva para
la defensa
el escudo de la mentira para tapar
nuestra verdad
cada escudo que cae, nos agranda la
vida
nos facilita el camino, que tenemos que
recorrer
que no es otro
que hacer de este mundo un lugar
donde tú, y yo, y seis mil millones
mas
cuando nos miremos a la cara
tengamos la capacidad de sonreír.
Marcando 30 grados de mayo
Jose Salvador
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