2018
Y Así acabamos el año,
entre posibles e imposibles, Presidentes de Comunidades que se creen
mártires del sistema, mientras su partido robaba para llevar los
euros a la banca andorrana, mientras la Sanidad era brutal mente
recortada junto con la educación, los derechos sociales escondidos
para mejores tiempos. Pero se enarbolaban banderas de la libertad, la
República como solución a todos los males, y el pueblo volvió a
confiar en quienes robaban a manos llenas, el mismo pueblo que le dio
la mayoría al partido corrupto del PP, que tiene más causas en los
juzgados que Leyes por aprobar. El pueblo volvió a confiar en ellos.
¿Eso les exime de toda culpa?, ¿si robas o incumples las leyes,
solo tienes que ganar unas elecciones para quedar exento de
culpabilidad? Bendita democracia que es nombrada solo cada vez que
alguien tiene que tapar basura, como los curas con su secreto de
confesión, solo para esconder la mierda que durante siglos
escondieron bajo sus sotanas.
Se nos va el año, 2017
feniquitado, con sus luces y sus sombras, luces mas o menos intensas,
porque hemos tenido trabajo, la gente de mi alrededor también, la
mayoría, la salud no se ha portado del todo mal, pero las sombras
han sido demasiado frías y oscuras, se nos han ido amigos, para
siempre, de los que ya solo nos queda el recuerdo.
Nos espera otro año,
está ya tocando a las puertas, espero que lleno de besos, abrazos,
risas, espacios y tiempo, que podamos echar el freno un poco, que las
opiniones de todos y todas sean escuchadas y atendidas, que los
derechos arrebatados en el camino nos encuentren de nuevo, que la
igualdad sea uso común en todo, que los ricos vayan perdiendo
riqueza porque nosotros vamos ganando bienestar, que al mundo se le
fundan sus armas y los señores de la guerra queden mudos y
atrofiados antes de dar una orden, que los Trump y todos sus secuaces
que andan por el mundo sean enviados al mas olvidado de los exilios,
donde sus poderes sean anulados como “la kriptonita” anula al más
valiente Superman.
Que la lluvia vuelva a
regar nuestros campos, porque estamos acabando con el cambio
climático, nuestros impuestos serán verdes, y la energía de
nuestro Sol y la fuerza de nuestro viento, alumbrará y dará energía
a toda nuestra legión de necesidades. Y el planeta volverá a ser
más verde.
Jugaremos a querernos y
todos los amores serán posibles, porque entre adultos conscientes
solo primará la decisión individual de querer y ser querido, iremos
dejando atrás el sexo casi obligado, volveremos a denunciar a cada
mano posada sobre nuestro cuerpo sin nuestro consentimiento, sea con
violencia física o con la violencia que da el querer tomar nuestro
cuerpo a la fuera por sentirse el otro superior. Gritaremos todos a
una junto a la víctima y no pondremos nunca en duda, por ningún
motivo, su relato verdadero de los hechos. Seremos solidarios con
todos los que se han quedado por el camino y ayudaremos a que
recuperen aquello que les pertenece. Seremos humanos.
Las voces se alzarán con
cánticos nuevos y la música volverá a sonar como melodía de cada
recuerdo de nuestra vida, porque haremos de la música nuestro
espacio de cultura, y del cine seremos cómplices de sus historias,
los libros nos hablaran como hoy nos hablan los chat del washapp, y
daremos a cada cosa su tiempo y su espacio, y nunca, nunca
olvidaremos dar un beso y un abrazo. Porque el día que nos olvidemos
de besar o de abrazar, nos convertiremos en un Trump más.
Felices fiestas y feliz
2018.
Sevilla a finales del 2017
Jose L. Salvador Castelo
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