Asomándome a mi ventana puedo ver el mundo exterior, solo si lo circunscribo a lo que mi mirada y el espacio me deja ver, a la derecha un hostal, antiguamente llamada pensión, lugar de descanso de gente de negocios, viajeros y parejas sin lugar donde desatar sus más íntimos deseos, frente a mí, un aparcamiento, es como una guardería de coches, están ahí hasta que uno va a recogerlos, un poco más a mi izquierda y frente a mí, una iglesia y una residencia femenina de estudiantes, antes se llamaban “residencia de señoritas” frente a sus puertas jóvenes de diferente sexo establecen el ritual del ligue, antiguamente llamado “pelar la pava”, por sus ropajes diríase que pertenecen al círculo de los cayetanos, pero es prejuzgar demasiado, pues nunca entablé conversación con ellos o ellas, tampoco vi a dos chicas en ese ritual, ¿tendrá algo que ver que la residencia la gestione la Iglesia Católica a través de unas monjas Trinitarias?, imagino que no, yo a veces soy un poco mal pensado.
Pensarás, ¿por qué hablas del pasado de las cosas?, y llevas razón, lo hago por esa forma que tiene nuestro nuevo Alcalde de ver el mundo, su primera medida “estrella”: Serenar la ciudad, perdón, quise decir poner serenas y serenos, estilo años 50 del Madrid más blanco y negro, aunque ahora se les llama vigilantes nocturnos, y ya no llevan las llaves de los edificios y me imagino que tampoco pasan información de la vecindad a la antigua “brigada de información o policía política del régimen” hoy sustituida por grupos de atención al ciudadano o policía de cercanía, aunque de policía política el PP tiene experiencia en su gestión.
Y ahí acaba el mundo exterior de mi ventana, se ve poco más que coches aparcados, el letrero de un supermercado, el paso de vehículos a motor, alguna que otra bicicleta y transeúntes con caminos y destinos diferentes. Lo mismo le pasa a nuestro alcalde, que, al no ver desde la ventana de su lugar de cobijo, esto le impide observar la realidad y se pone a imaginar, por ello, su segunda gran iniciativa, ha sido “Navigalia” un relato bastante imaginativo sobre la llegada de los “Reyes Magos” a nuestra ciudad a través del Guadalquivir, para disfrute de grandes y mayores. ¿Cuánto ha costado, lo desconozco?, acontecimiento que vio mucha gente y que estoy seguro tienen una opinión positiva de esta fantasía monárquica. Por cierto, jueces y fiscales desde Mallorca han pedido al gobierno que desclasifique los resultados de la encuesta realizada por Adolfo Suárez sobre la monarquía antes de la Constitución del 78, nos llevaríamos una gran sorpresa.
Y llegó el fin de año, e imaginó como sonarían las campanadas desde Sevilla, y bingo, Telecinco llega a la ciudad para ofrecerlas con lo que supone de publicidad una televisión de cobertura nacional. Los más optimistas cifran en 15.000 personas concentradas en la Avenida de la Constitución, con doble sorpresa para esa “mágica noche”, las 12 uvas se retransmitirán por pantallas de televisión y el reloj será el de la Puerta del Sol de Madrid, la presentadora y presentador de las uvas situados fuera de la vista de la gente congregada, emitían desde la azotea del Ayuntamiento, por lo tanto seguía la ficción, las campanadas sonaban desde un reloj a más de 500km de distancia, algún medio publicó “la despedida del año en Sevilla con sonido madrileño”.
Otro dato curioso de este alcalde imaginativo: Tanto Calleja como Marta (copresentadores) del evento, saludaron el año nuevo con cerveza en mano (publicidad) mientras nuestro alcalde prohibía brindar con cava a las personas que se acercaron a celebrar el año nuevo en la avenida de la Constitución, lo dicho fantasía e imaginación, eso sí, Sevilla como siempre viste muy bien en televisión con esa Giralda de fondo.
Y nos guste o no, aparece 2024, llegan los fríos del invierno ajenos a la ciudad hasta enero, las ventanas se cierran para no morir de hipotermia, solo me queda mirar a través del cristal a veces empañado por el vaho que provoca la temperatura exterior e interior de mi piso alquilado, esto dificulta mucho más poder observar lo que está ocurriendo afuera, que si verán las personas sin hogar, los que tienen como cobijo un soportal, un rincón y como manta un puñado de cartones.
¿Cómo van este año los presupuestos municipales? ¿Qué cantidad de dinero se invertirá en viviendas de construcción pública asequibles para la ciudadanía? ¿cuántos euros gastará la ciudad en cuidar a las personas mayores que tanto nos han ido aportando? ¿las familias con necesidades por su situación económica serán atendidas con rapidez y medios? Ya me gustaría poder responder a todas esas preguntas, pero desde mi ventana no consigo ver esa realidad y para colmo aparece el maldito vaho. El alcalde seguirá imaginando con cambiar farolas por el centro, y marchándose a Fitur en solitario, con un cante flamenco, un poquito de jamón y una copita de vino (que aquí si se puede beber alcohol que lo manda pagar el boss).
Otra noticia nos habla que la mayoría de la juventud compra productos no originales (falsificados), poniendo sobre sus cabezas la destrucción de empleo y la perdida millonaria de producto interior bruto, según estas mismas fuentes. Porque tener una tasa del 27’4 de desempleo no tiene nada que ver, los bajos salarios tampoco y mucho menos la precariedad laboral. Tiene narices que los noticiarios y la industria de lujo culpe a la juventud de la venta de productos falsificados, tiene como mínimo gracia. Estoy por salir a comprarme un bolso de esos tan monos que lleva Borja Iglesias, pero si lo adquiero, con mi presupuesto nunca podrá ser original.
La emancipación de la juventud en España es la más baja de Europa 16% frente a un 31% del resto de Europa, bajos salarios y alquileres altos en nuestro país, son las principales causas. Quizá limitar el precio del alquiler no sea una solución muy acertada a largo plazo, sin embargo abaratar el mercado de la vivienda con la puesta en marcha de cientos de promociones para el alquiler de vivienda pública si podría serlo, ya que suelo tenemos la ciudadanía (el suelo no es del ayuntamiento ni de la Junta, ni del estado central), el suelo nos pertenece, por lo tanto, ha de estar a nuestro servicio, la construcción de forma masiva de vivienda pública para el alquiler y la compra, junto con la prohibición de la compra de viviendas destinadas a hogar por parte de fondos de inversión, la limitación de los pisos turísticos y un impuesto a las viviendas que lleven desocupadas más de un año sin causa justificada (reparación, estar residiendo temporalmente en otra localidad o país, o ser segunda vivienda utilizada para descansos y periodos vacacionales), todo ello facilitará la emancipación y por lo tanto la independencia y desarrollo de proyectos de la juventud española.
Espero que el alcalde a pesar del frio salga a la calle y responda a todas esas preguntas, que las ventanas del ayuntamiento no sean el cobijo de alguien que ignora como es la ciudad de Sevilla, que el vaho no le anule la visión de realizar un presupuesto acorde a las verdaderas necesidades de esta ciudad, y que emvisesa no se convierta en una empresa pública en el olvido o para desmantelarla como ya hizo el señor Zoido en su etapa como alcalde de la ciudad.
Solo llevamos una quincena de este 2024 y ya tenemos el tintero lleno. Que la población universitaria se centre en los exámenes, que la comunidad internacional pare los pies a Israel y la paz sea una realidad en los territorios ocupados, que Putin pierda su guerra y Trump no alcance la Casa Blanca, que Milei se exilie a alguna isla lejana de toda población humana, estos son algunos de los deseos que pedí cuando alcé la copa para celebrar la llegada del nuevo año, los otros deseos, los más carnales, esos me los guardo para mí.
A disfrutar de este año, que por algo se empieza.
Jose L. Salvador Castello
Educador Social y Antropólogo.
Publicado en : https://cronicadeandalucia.com/opinion/desde-mi-ventana/
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