He de comprarme un diccionario, pues las palabras que pronuncio o que escribo no siempre parece que tienen el mismo significado, lo iré regalando por ahí, a propios y a extraños, y no llegar a equívocos que dificulten la larga o quizás corta travesía que estamos pasando, a la vez, te pediré a ti el tuyo, para saber cada palabra el significado que le estas dando, cada acento o cada pronunciación a la parte del alma que pertenece, porque tú mejor que nadie sabes que hay palabras que se escriben con el corazón, otras con el alma, muchas de ellas las escribimos con la rabia, y otras las menos nos salen de los sentimientos.
Escribimos y herimos, escribimos y amamos, escribimos y odiamos, todo con el mismo abecedario con el mismo idioma pero con diferentes significados, por eso mi primer regalo un diccionario, el segundo mis palabras, que también quiero que sean un regalo.
Cuando digo me gustas, me refiero a todo lo tuyo, no solo a tu cuerpo, también a tu risa, y a tu forma de enfadarte, a tu manera de soplar cuando algo no sale bien y como no a tus andares diferentes según el lugar al que te dirijas. Cuando digo me gustas, no me refiero solo a la necesidad carnal de tenerte entre mis brazos, entre mis sabanas o debajo del agua que me está duchando, cuando digo me gustas me refiero también a la forma que tienes de mirar cuando no miras, o de hablar cuando estas callado, cuando digo me gustas, no lo digo porque me da la gana, lo digo porque mi boca se abre a la fuerza, mi corazón se acelera y mi cerebro envía la orden a mis cuerdas vocales para que formen la palabra ¡Me gustas! Y no lo digo por las prisas de tener algo contigo que lo tengo, lo digo porque así lo dice mi diccionario, me gustas: Díselo antes que otro se lo cante.
Cuando digo te quiero, es que ya gaste un millón de vocablos en decirte me gustas, te quiero es como el agua del mar, rabioso y calmo, es espumoso y lacio, es valiente y excesivamente conservador, como las olas, que siempre están llegando a la orilla y a veces se convierten en tsunami que lo arrasan y destruyen todo, el mismo mar, la misma ola, así es el te quiero, a veces apacigua otras destruye el corazón porque no tiene eco, no tiene respuesta, y un Te quiero, o va seguido de una respuesta o destrozará la garganta al ser pronunciado.
Un te quiero, es algo más que un compromiso, es una sensación, a veces un escalofrío dirían los poetas, otras veces una navaja afilada que brilla a la luz de cualquier luna, pero casi siempre son unas lagrimas que hay que recoger. Te quiero se dice siempre después de haber gastado un millón de vocablos en decir Me gustas.
Quiero compartir mi vida, es tan complicada la frase, el verbo que se utiliza, el sujeto y hasta el objeto, y como no el predicado, ¿compartir la vida? ¿Qué vida? La vivida, la que nos queda por vivir, la que todo el mundo conoce, o la que llevamos dentro, la que soñamos que viviremos, la que estamos construyendo, o la que nos hemos encontrado. Son tantas vidas, que veces se nos olvida y solo compartimos una y cuando llega la otra salimos corriendo, pues es extraña, desconocida, diríase que no nos pertenece, que esa no era la vida. Quiero compartir mi vida tiene que llegar después del millón de de vocablos de Me gustas, y un millón después de Te quiero, solo así sabremos que vida nos pertenece para compartirla.
Y por último, compartir las lágrimas, que saldrán de mis ojos, de tus ojos, amargas como el tuétano, tristes como la primavera cuando deja de brotar, salvajes como el invierno de Siberia, odiosas como la madrastra de cenicienta, pero que llegarán y de forma abundante, porque la vida se nutre de ellas, cuando se nos van trocitos que la forman, y ahí, o tienes ya mi diccionario y yo tengo el tuyo, o nos ahogarán, y será como la estúpida y fracasada historia de Alicia en el país de las Maravillas. Las lagrimas llegaran y espero que cuando lleguen nos pillen abrazados formando una gran fuerza porque sino, será como la ola que en la orilla arrastra a la vieja que aunque es sabia ya no le quedan fuerzas.
No me preguntes el porqué
Pero necesitaba escribirlo.
Jose Salvador
16/08/2010
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