Esta partida está
trucada, se cambian las reglas del juego a mitad de la jugada, se
ponen prioridades que tienen que ver con el dinero (papel moneda
fabricado según los designios de unos pocos) y no con las personas.
Se deciden en grandes
mesas estratégicas cuántos morirán hoy en en el Genocidio del
gobierno de Israel contra los habitantes de Gaza (independientemente
de quienes sean) pues el gobierno Israelí conoce la palabra
genocidio y sabe que significa la superioridad militar ante el pueblo
de Gaza. Cuántos morirán por el virus del Ébola mientras
repatriamos a los que consideramos nuestros y sin embargo otros
nuestros mueren allí fuera de la primera plana del noticiario
televisado.
Cuántos morirán en
Crimea, o en la selva Amazónica por la tala del bosque, o en las
aldeas de África por la malaria o cualquier otra enfermedad que tras
el hambre los borra del juego de estrategia.
Cuántos caerán este fin
de semana por depresión ante la certeza de no poder pagar las deudas
contraídas pues los intereses aumentaron más años que vida les
quedaba, y cuántos morirán porque nadie les mira a la cara y les
arrojan la comida desde camiones, o en comedores a fila de uno, o
morirán en accidente de trabajo camino del curro cansados de la
jornada y sin revisión mecánica por no tener para pagarla.
Cuántos en aviones
abatidos a misil, o caídos por falta de mantenimiento, o por fátiga
del comandante del vuelo después de muchos horas al frente del
aparato, cuántos al cruzar rápido y veloz la calle para no llegar
tarde al trabajo, después de haber dejado a los nenes en la escuela,
y haber pasado por el reparto de comida para la noche.
Cuántos lloran en el
silencio de un cuarto de baño, de una almohada mal gastada y algo
sucia, de un rincón oscuro y solitario, cuántos habrán quitados
los espejos de su casa para que la tristeza de sus rostros no se vea
reflejada, cuántos abren el frigorífico vacio para que enfrie el
aliento del hambre.
Pero, ¿Cuántos más
necesitáis? Cuántos desahuciados queréis, cuantos llantos, cuantos
suicidios, accidentes, guerras, atropellos, despidos, hambre, virus,
bacterias, enfermedades, en definitiva, ¿Cuántos muertos hacen
falta para que acabe este macabro juego? Pasar la lista, no os
avergüence decir el número, que más os dá, si ya habeis masacrado
toda la dignidad que nos quedaba, si habéis dejado la clase
trabajadora pisoteada y humillada, sumisa y vuestra esclava. Por
favor, tener la decencia y la buena bondad, de decirnos cuantos
muertos más queréis para acabar esto. Pues como buenos
judeocristianos estamos dispuestos para el sacrificio.
Ojalá algún día toque
reventar la partida, saltar sobre las mesas de estrategia,
balancearnos sobre vuestros sillones de terciopelo. OJALÁ algún día
más pronto que tarde, seáis vosotros los que pidáis clemencia.
PD: Carta cuyos
destinatarios pueden tener nombres conocidos, como: Rajoy, Hollande,
Merkel, Obama, Putin, ,
Mohamed
VI, Adly Monsour, Fernández, Maduro, Rousself, Bachelet, Santos,
Castro, Medina, Karzai, Keqiang, Pong-Ju. Netanyahu, Fischer, Felipe
I, Felipe VI, Margarita II, Isabel II, Renzi, Haral V, Tusk, Cavaco
Silva, Ponta, Sommaruga, Erdogan, Francisco, …...... Así hasta
cada unos de los apellidos.
Julio y Agosto 2014
Jose Salvador
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