BUSCANDO BESOS ENCONTRE HUMEDAD

Este espacio lo utilizo para escribir lo que me apetece, a veces, tiene que ver conmigo y otras con lo vivido sin ser el protagonista, pero siempre estoy de acuerdo con reflexionar sobre lo escrito.

al otro lado del teclado estoy yo y quien me lee, ojalá algún dia la humedad solo sea de los besos que me das.

jueves, septiembre 20, 2007

Sabanas arrugadas



Piernas entrelazadas, el sofá con sabana arrugada, llega a convertirse en parte de nuestro ser, como piernas de tergal entrelazadas.

Tardes, muchas tardes, abrazados con el ruido de fondo de una televisión que pide a gritos ser escuchada, aunque para seguir vivos, tengamos la necesidad de apagarla.

La sabana cada vez más arrugada, entremetida por las fisuras que dejan tu piel, el cojin, y mi brazo casi dormido debajo de tu espalda.

Te toco el culo y la sabana arrugada me recuerda que no estamos solos, que hay miradas que nos dicen, que el culo, la sabana y mi toque corresponden a otras horas, a mucho más de madrugada.

Tu culo y mis toques, tu soledad a veces, aunque a mi estés abrazado, en tus rollos en tus historias, de sabanas arrugadas.

Ya las he lavado, no las plancho, para no quitar los pliegues de tu culo, de mi espalda, pero no son aquellas sabanas de ayer, son sabanas de hoy, para nuevas manos, para nuevas arrugas en tus palabras.

Tus piernas entrelazadas, mis manos en tu culo, tu culo en mi espalda, mi espalda en tu mirada, mis ojos en tus labios, tus labios en mi cuello, mis manos en tu culo, tus sabanas arrugadas.

Tus sabanas manchadas de arrugas, mis sabanas manchadas de planchada, quiero que me arrugues con tus piernas, esta sabana tan absurdamente alisada.

Déjame que te mire, déjame que te toque el culo, déjame que te quiera, aunque para ello tenga de nuevo que poner
Las sabanas arrugadas.
Te quiero
(a mi manera, por eso se que te quiero)
Jose Salvador

jueves, septiembre 06, 2007

NO ME GUSTAN


La gente que lleva traje, el que sea, no me gusta, me da mal rollo, y la corbata, un trozo de tela anudada al cuello, ufffffff, no me gusta nada, pero nada, es nada.

Digo esto, porque, las guerras las firman hombres trajeados, de trajes claros y caros, con corbata, firman también nuestros embargos cuando no podemos pagar la hipoteca, y firman nuestra condena con un traje negro ancho cual sotana. Sotana que firma nuestra sentencia aquí en la tierra para castigarnos y darnos la gloria allá en el cielo nos dicen, y nos castigan por lo que somos, por lo que hacemos, por lo que disfrutamos, por amar a quien amamos.

Los trajes me dan mal rollo, no me gustan. Los dejaré solo y exclusivamente para jugar el sexo con ellos, para morbosear, para intercambiar nuestros fluidos sobre trajes claros y caros, pero nunca para llevar, de esos trajes que se ponen en las grandes mesas donde ni tú ni yo estaremos, de esos trajes no quiero.

Como no quiero, corbatas anudadas a mi cuello, ni cadenas de ahora o de otros tiempos, ni medallas, de batallas ganadas o perdidas, o de vírgenes adoradas ahora, pero antes apedreadas por putas , no quiero a mi cuello nada más allá que tus labios dándome besos.

Ya está acabando este verano, ya los cuerpos comienzan a taparse en lo público a asombrarnos con su desnudez en lo privado, me gusta mirar por la ventana e imaginar como se desnudan mis vecinos y vecinas en la intimidad de la soledad o de los ojos del ser amado o deseado, a veces las dos cosas a la vez.

Ya empieza otra vez mi mente a dictar, ya empiezo otra vez a escribir. Bienvenido al mundo de las letras, bien llegado al mundo de la fantasía, ¿era esto real? Os quiero.
Jose Salvador.
Septiembre 2007