BUSCANDO BESOS ENCONTRE HUMEDAD

Este espacio lo utilizo para escribir lo que me apetece, a veces, tiene que ver conmigo y otras con lo vivido sin ser el protagonista, pero siempre estoy de acuerdo con reflexionar sobre lo escrito.

al otro lado del teclado estoy yo y quien me lee, ojalá algún dia la humedad solo sea de los besos que me das.

jueves, enero 21, 2010

HACEDORA DE CAMA DE PUTAS









HACEDORA DE CAMAS DE PUTAS.



No se como describir la cama de las putas, esa cama que solo es usada para depositar sobre ella cuerpos ávidos de placer. Me imagino una habitación casi vacía, intemporal diría yo, donde no existe la personalidad del que la habita pues no da tiempo a ello, un lugar que lo mismo vale para un marinero veinteañero de la Fragata Cristina con ganas de descargar, como para un jubilado viudo con ganas de renacer a sus viejos tiempos. Una habitación donde la luz no es importante, pues nadie quiere ver las impurezas del cuerpo y menos aún las del alma.

Una cama grande, con espacio para gozar pero no para el descanso, pues se paga por tiempo de placer y no por tiempo de asueto. Sabanas ajustables y poca vestimenta más, pues el calor lo da el cuerpo y no las mantas por muy paduanas que estas sean.

Conocí a Maruja, del Raval, gitana llegada a la Barcelona de los años 50, de Jerez la cuna del flamenco, así es ella flamenca, con 13 hijos como buena gitana y toda una vida por contar. Con acento andaluz, jerezano pero Ravalera como ninguna, no ejerció de puta pues ni tenia tiempo con tanto niño, ni aquello era decente, así que se dedicó a hacer las camas de las putas, después de cada polvo entraba ella, recogía lo dejado y reponía sabanas limpias de polvo y ……… vio entrar y salir a miles de almas en busca de un rato de felicidad, los vio jóvenes, viejos, guapos, feos, altos, bajos, rubios y morenos, producto nacional y de exportación, podría contar, como ella misma dice, la historia de miles de lugares sin haber estado nunca allí.

Pero, se conforma con entrar en silencio, coger las sabanas usadas y reponer unas nuevas, con olor a limpio, pues le gustaba hacer bien su trabajo y que las putas le dijeran: “Maruja que limpia eres siempre, vaya gitana guapa y limpia” “Si fueras puta con esos ojazos serias millonaria”, ella sonreía, y esperaba que un nuevo cliente bajara para subir ella a dejar lista para el placer aquella vieja cama de hierro pintada en azul.

Me he imaginado, la cantidad de placer que ha existido en esa minúscula habitación cuanta energía positiva derramada, y seguro que Maruja se impregno de ella, por eso es así. La casa, su casa centenaria se le viene encima pero ella reivindica vivir allí pues es donde parió y amamanto a sus 13 churumbeles, y por muy mal que estén las vigas se niega a abandonar a su avanzada edad aquel entrañable y vivo lugar. ¿Cuándo gastarán dinero en arreglar este viejo barrio de putas y obreros?, pregunta Maruja mirando las desconchadas paredes del techo.

Por eso hoy reivindico el ser “Hacedora de cama de putas”, profesión tan vieja como el propio oficio, pero tan en silencio como la clausura introvertida de una mujer convertida en monja, donde todo lo entregó por Dios, y ella Maruja, todo lo ha entregado por cientos de Marías Magdalenas, por sus sabanas limpias. ¿Que Alcalde, que ilustre Concejal, tiene el valor moral de negar a Maruja el arreglo de su centenaria casa del Raval? Mal nacido si lo hubiera.


¿Quién me presta de tergal unas sabanas blancas para subir al cuarto y cambiar la cama, que hoy ha estado una puta ofreciendo a un caballero un poco de placer y un rato de sosiego?


Jose Salvador
Enero 2010