Cuantas revoluciones hemos abrazado, cuantas revueltas aplaudidas, pero todas ellas tenían algo en común con nosotros, pertenecen, pertenecían a nuestra cultura la judeo cristiana.
Creíamos que éramos los únicos sobre el planeta que nos levantábamos contra el opresor, porque nuestras dictaduras tenían nombre y apellidos, los Franco, los Castro, los Mussolini, los Hitler, los Batista, ... y así podríamos nombrar a cientos de ellos, pero nunca en nuestra lista pusimos a los Mubarak, a los Ali Abdalá Saleh, a los Zine el Abidine Ben Ali, a los Abdullah Bin Abd al-Aziz, todos ellos en la misma categoría que los Franco, pero no son de nuestra cultura, no son de nuestra forma de pensar, de vivir, de negociar, de crecer, de rezar, de comer, … y por ello no estaban en nuestras listas de malos.
Ahora miles de jóvenes, adultos, mujeres, hombres, niños y niñas salen cada día a la Plaza Tharir para pedir el fin de la opresión, de la dictadura, de la tiranía de años gobernados por déspotas y corruptos, y nosotros, los occidentales, dentro de nuestra alegría ponemos un pero, son musulmanes hay que tener cuidado.
Cuánta oportunidad desperdiciada por el miedo al otro, al diferente, al que no piensa como nosotros, ni siente como nosotros, pero son nosotros y nosotras, aspiran a lo mismo a vivir en un espacio de Libertad, con justicia social, con igualdad de derechos, con oportunidades para ser felices, y nosotros, seguimos teniendo miedo.
Que sus gritos, sus esperanzas, sus ojos llenos de futuro, su cercanía nos sirva para abrazar una nueva era en el mundo Árabe. Ahora le pese a quien le pese somos hermanos y hermanas.
Jose Salvador
Febrerillo el loco
Viva la locura de la libertad
