Este espacio lo utilizo para escribir lo que me apetece, a veces, tiene que ver conmigo y otras con lo vivido sin ser el protagonista, pero siempre estoy de acuerdo con reflexionar sobre lo escrito.
al otro lado del teclado estoy yo y quien me lee, ojalá algún dia la humedad solo sea de los besos que me das.
No queda mal como titulo de una película, da pie a muchas interpretaciones, si se hace desde occidente, parece que hablamos de la crisis inmobiliaria que nos asola, ya sabéis, esa en la que habéis comprado pisos con el dinero prestado de los bancos, donde estaréis 30 o 40 años pagando, y que esos mismos bancos han dejado de prestar dinero a la empresa donde trabajáis para poder pagar ese dinero prestado, esa empresa que ha realizado un ERE y habéis ido al paro, y ya no podéis pagar durante 40 años el dinero prestado con el nombre de Hipoteca, y el banco, aquella generosa entidad que os facilitó un “techo donde vivir” hoy es la que os deja en la calle, sin dinero, sin trabajo y con muchas muchas deudas. Digo que parece ser el titulo de una película que hable de las penalidades del siglo XXI. Pero no es así.
También evoca al sentimiento de ser la frase romántica de un rap de barrio, de una exclamación cotidiana del currito que llega a casa con el jornal semanal, pero tampoco lo es, ni siquiera forma parte de una canción popular.
Nos abre la puerta, seis euros cada mil ladrillos, a la venta de sustancias traídas mas allá del mar, cruzando a la otra orilla, parece ser, que todo anda en oferta, que ya ni lo que era caro por ser prohibido, está siendo respetado en el mercado. Pero por mucho que hayan abierto los ojos los fumetas a tan suculenta oferta, he de decir, que nada mas lejos de la realidad, ni son ladrillos de hierba, ni el mercado se ha vuelto loco para ponerlos a seis eurazos.
Entonces, que puede ser tan suculenta frase, de donde ha salido tan controvertido eslogan, hacia donde nos llevan, seis euros por mil ladrillos.
He aquí la respuesta, es lo que cobra un niño en Perú, Bolivia, Colombia por hacer mil ladrillos de barro, seis euros cada mil ladrillos. Y ahora una vez pegado el latigazo, jodido la conciencia, piensa, en el Día Mundial contra el trabajo infantil, si hacemos un rap, montamos una película o lo convertimos en un corto de ensayo y lírica.
Para joder la cena siempre hay tiempo y hoy me guste o no, por tan porca miseria, quiero joderme y joderos la cena.
Nada que no doy una, cuando decido mordicar mi tecnología, cuando estaba convencido que cada día que pasaba era más analfabeto digital, cuando negociaba con “mi compañía” de móviles, llamar mía a quien me sangra mes a mes económicamente hablando es digno de estudio, como decía cuando negociaba un nuevo terminal tipo Iphone o Ipad, va la Organización Mundial de la Salud(OMS) y dice que usar el móvil tiene riesgo de producir cáncer cerebral. Esto ya me lo olía yo, digo, cuando los pobres tengamos acceso a eso que los ricos llevan años usando, o ya no valen o matan, en este caso, matan. Lo mismo paso con los viajes baratos y el síndrome del turista, cuando vimos y comprobamos la grandeza de viajar, de conocer otras culturas, otros paisajes, otras pieles, se nos dijo que ¡Cuidado! Si viajas en turista puedes morir de un infarto. Joder, con los pobres, siempre llevamos la etiqueta que decía Pata Negra “todo lo que me gusta es ilegal, es inmoral o engorda" Y ahora nos pasa con esto del 15 M, llevan siglos los terratenientes ocupando tierras por herencia, ocupando suelo por dinero, y son los magnates del poblado, los gurú de la economía, los reyes del mambo, y cuando llegamos nosotros y nosotras a la Plaza de Sol y la ocupamos, nos convertimos en perrosflauta, en locos del ocupismo, en niños y niñas ricos venidos a menos, en desocupados aburridos, en gente que provoca pobreza en los alrededores, en problemas de salubridad, en fin, que todo una triste y puta desgracia. Todas las voces, claman por una solución clara ¡ya!, con prisas, ¡vamos!, ¡vamos! que hay que saber organizar tanta riqueza social, tanto descontento, ¡vamos!, ¡vamos! que hay que saber digerir tanta portada y tanto telediario televisado, ¡vamos!, ¡vamos! que hay que ofrecer alternativas, soluciones, ideas innovadoras, ¡vamos!, ¡vamos!, ¡vamos!. Los otros llevan en el poder algún que otro siglo aguantando el sistema y cada cuatro años se les piden ideas nuevas y cada cuatro años repiten las mismas, pintadas de color rojo o azul según convenga, y no he visto ninguna portada del ¡vamos!, ¡vamos!, ningún artículo del ahora, ahora o nunca, y sobre todo no he visto ningún telediario cerrar en blanco porque las noticias son las mismas de hace cuatro años. Y creo que hay que dar una respuesta, y creo que hay que organizar tanto descontento, y creo que es necesario encauzar tanta fuerza para que no se transforme en desesperanza o en fracaso, y más aún, creo que nos lo merecemos, que por una vez, aunque sea por esta vez, los cambios se produzcan, que no vivamos peor que antes porque los de la tierra, los de los suelos, los de los bancos, los de corbata y chaqueta hayan decidido que con pobres y miedo ellos viven mejor. Esta vez no, esta vez no puede ser un mayo del 68, esta vez los Dani el rojo no pueden ser devorados por el sistema y venir a visitar nuestros barrios en coches oficiales y con guardaespaldas, esta vez, nos toca y nos toca ¡ya!. Y me tenéis que perdonar, pero no se muy bien como hacerlo, lo que si se, es que hay que hacerlo que ya es mucho, y que la asamblea (parlamentos) pueden ser válidos si representan realmente al pueblo, y que hay que quitar ese demonio de “política no, política no”, porque lo contrario da mucho miedo, demasiado miedo. Cuando deja de hablar la política, hablan las armas, hablan los tiranos, los dictadores, habla el miedo y la sin razón, por lo tanto POLÍTICA SÍ, con mayúsculas, es decir, con el poder del pueblo. Y ahora, los pepinos ya no son para el gazpacho son para las diarreas, otra comida de pobres que nos mata, porque no le saldrá una bacteria a las langostas o al caviar. O son las vacas que se vuelven locas, o son los pollos que se resfrían con la gripe, o los móviles pegados a la oreja con el cáncer cerebral, porque los de corbata hablan con el manos libres desde el mercedes y eso tiene menos riesgo, o la mayonesa con salmonelosis, o la tortilla con arena de playa.
Pata Negra, tenía razón: “Todo lo que me gusta es ilegal, es inmoral o engorda"