BUSCANDO BESOS ENCONTRE HUMEDAD

Este espacio lo utilizo para escribir lo que me apetece, a veces, tiene que ver conmigo y otras con lo vivido sin ser el protagonista, pero siempre estoy de acuerdo con reflexionar sobre lo escrito.

al otro lado del teclado estoy yo y quien me lee, ojalá algún dia la humedad solo sea de los besos que me das.

jueves, junio 11, 2020

Vivir en una pandemia. 2020

Yo nunca había vivido una pandemia y no me gustaría repetir una experiencia parecida.

¿De que se puede hablar, o criticar, o expresarse? De la cancelación de todas las fiestas patronales, ciudad por ciudad, o de los conciertos musicales programados, o festivales de baile, cante, teatro, etc... o quizás de los bares cerrados o las peluquerías, o las tiendas de ropa o las playas vacías, o jabalíes en la ciudad, delfines en la costa donde estarían los bañistas, o de hoteles cerrados o vacíos, aeropuertos que solo reciben material sanitario, aplausos a las 8, o bodas anuladas, comuniones por hacer (un año más de pecado), ancianos asustados por la alta mortalidad, tanatorios saturados, monjas haciendo mascarillas y la seat respiradores, canciones temáticas para la época, o de donaciones altruistas para conseguir vacunas. Amigo, amiga, de todo eso, estamos hartos, es un bombardeo absoluto, día tras día.

A riesgo de equivocarme, incluso de ser impertinente y digno de ser vapuleado (metafóricamente hablando) a las ocho con la apertura de los aplausos, voy a expresar las ideas que pasan por mi cabeza:
  • Los ERTES, los pagamos tod@s con nuestros impuestos, en situaciones de crisis, me parece bien que todos y cada uno de los ciudadanos y ciudadanas de este país aportemos en la medida de nuestras posibilidades para evitar daños mayores. Sin embargo, creo que las grandes empresas cuando ganan pingües beneficios (como a banca que fue salvada por tod@s) no son tan solidarias con la ciudadania, vamos a ver, ya se que donan máquinas para el cáncer y cosas así, me refiero con las grandes beneficios, un ejemplo: Una empresa de moda (pon tu el nombre) gana el año 2019, 1.200 millones de euros, libres de impuestos y gastos, ¿Crees que esa empresa no puede asumir la nómina durante dos meses de los trabajadores y trabajadoras que les hizo ganar ese dinero, por qué tenemos que pagarlo nosotr@∫?, es solo, uno de tantos ejemplos.
  • La sanidad privada. Durante años se ha estado recortando en la pública y pasando recursos a la privada, ¿Cómo? Pues a través de convenios sanitarios o dando la gestión del hospital público a la empresa privada, o mal vendiendo un hospital para luego pagar por usar sus instalaciones. Esto ha debilitado nuestro sistema público de salud, ha quedado demostrado en esta pandemia ¿no crees que habría que revertir la situación, es decir, quitar recursos de la sanidad de unos pocos para dárselo a la sanidad de todos y todas? Ahora salimos y aplaudimos a las ocho. 

    Artículo 41 de la Constitución española:Los poderes públicos mantendrán un régimen público de Seguridad Social para todos los ciudadanos, que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad, especialmente en caso de desempleo. La asistencia y prestaciones complementarias serán libres.

        Artículo 139 de la Constitución:Todos los españoles tienen los mismos derechos y obligaciones   en cualquier parte del territorio del Estado. Ninguna autoridad podrá adoptar medidas que directa o indirectamente obstaculicen la libertad de circulación y establecimiento de las personas y la libre circulación de bienes en todo el territorio español.


Cada día a las 20'00h en punto de la tarde salgo al balcón (ventana) a aplaudir, no se muy bien porqué ni a qué, pero si tengo claro que es una catarsis, me recuerda que mi vida es diferente, que hay muchos seres humanos frente a mi, al lado mía, en esas otras ventanas y balcones que aplauden a la misma vez. Veo a la viejecita de enfrente que al principio tímidamente salía un poco sin apenas subir la persiana para aplaudir, hoy ya tiene la persiana por la mitad y saca sus manitas arrugadas por los años y la vida para aplaudir, no falta a la cita y eso me alegra, me hace ver que seguimos aquí, esperando que esto acabe, porque pese a quien pese, acabará.
Ya no ponen música, resistiré ha dejado de sonar en la ventana de los vecinos frente a la carretera, ¿no están? O se han cansado de repetir cada día a la misma hora lo mismo, la verdad que me preocupa un poco, tanto lo uno como lo otro.
Los vecinos justo debajo de mi ventana del salón siguen aplaudiendo con gran energía, menos tiempo, pero quizás más fuerte- Igual con los vecinos de los dos críos que pudieron salir este domingo a pasear, y la señora mayor de arriba, no falta ninguna tarde, un día le pilló el aplauso volviendo de la farmacia y se paró (como un militar cuando escucha bajada de bandera) y se puso a aplaudir como cada día, pero esta vez, desde la calle.
Me da pereza ponerme a escribir, así que lo he compaginado con enviar unos trabajos de historia a la universidad para el grado de antropología, me gusta la historia porque creo que nos enseña que muchas veces repetimos lo aprendido, por cabezones casi seguro, aunque gracias a la inteligencia rectificamos rápido.

Mañana seguiré alentando a la población con la que trabajo (personas en exclusión social) a realizarse la prueba del Covid19, creo que está bien que se las hagan son una población con riesgos, poco nivel cultural para entender que está pasando y sobre todo muy marginales medidas de higiene. Aunque ellos y ellas lo que piden son más alimentos, tienen ese cariz de supervivencia permanente, donde lo importante es lo inmediato, el hoy, porque mañana aún no ha llegado.

Por cierto he cambiado de móvil, no si es importante, pero es un móvil de cuarentena, es decir, lo difícil que ha sido conseguir equipos de protección individual, las mascarillas, guantes, alcohol en gel, ... y lo fácil que ha sido cambiar de móvil. ¿lo mismo en algo nos hemos equivocado? Digo, a la hora de fabricar las prioridades para la sociedad donde vivimos, y repito, yo he cambiado de móvil en plena pandemia, por cierto es rojo, la pandemia no, el teléfono.
Nos pillo a contramano, desprovistos de armas, usábamos los besos para terminar con el odio, a los enfermos les dábamos nuestro abrazo y cariño, las caricias hacían más apacible el tránsito a la tierra, y la cercanía nos arropa en aquellas noches donde la oscuridad no quería dejar amanecer, esas noches largas donde la vida se fue y toca vivir del recuerdo. Ahora solo la distancia, rota por el llanto de un amigo en la esquina de su cuarto nos recuerda que se fueron sin decirles adiós después de tanto.
Nos pilló así, sin armas, con las manos levantadas y desnudos, y nos atacó, no tuvo compasión se fue a por los mas indefensos, a nuestros mayores, a nuestra memoria viva, a las arrugas del saber y del querer y los arrasó, eran juncos y como el viento de la vida no puedo doblegarlos, les mató la raíz para que nada pudiera sujetarlos.
Prosiguió su camino hacia aquellos que ya habían sufrido el malaje complot de células malignas, inmunodeprimidos, atestados de miedos por enfermedades desconocidas, por pulmones maltrechos por el humo del tabaco, de los coches, de las fábricas, y los arrasó, acabó con ellos.
No tuvimos más remedio que escondernos, agazapados detrás de las ventanas con miedo a mirar, a sonreír, miedo a besar, a tocar, miedo de nosotros y de los nuestros, miedo de nuestra propia libertad, de nuestro pensamiento, miedo a contagiar más que a ser contagiados, ilustres guerreros escondidos en las trincheras que habíamos cavado con nuestros ahorros, llamadas viviendas. 
Me acordé mucho de los que ya no estáis, de mis amigos marchados, ¿que habrías pensado de todo esto?, como la vida os apagó el reloj y a nosotros nos quito el tiempo, vimos injusta vuestra vuelta a la tierra o a la nada, y ahora vemos injusta nuestra vuelta a la casa. Nos arropan los sentimientos de lo perdido, de lo sufrido, pero sobre todo, nos atrapa con sus garras el miedo a no sabemos qué, es tan pequeño, tan diminuto, que el no verlo casi nos atrofia los sentidos, porque nos fijamos tanto que la vista nos duele, el olfato nos agobia y el tacto nos asusta.
Volveremos dicen a tiempos mejores, porque ningún pasado fue mejor, hoy lo dudo, no añoro los años pasados sino la libertad perdida, añoro tus caricias y tus besos, darte un achuchón hasta que empujes porque te aplasto, añoro reírnos entre amigos donde la distancia es solo el espacio necesario para abrazar, añoro Asturias patria querida después de una sidrina, tanto como mirala cara a cara que es la primera, con el vaso lleno de manzanilla, añoro el fuego de color que dieron al cielo tus figuras de cartón, tanto como el silencio roto por el llanto de una saeta y el clamor popular de pedir una escalera. 
He dejado demasiadas añoranzas en el camino, que he saber recuperarlas, que nadie me hable de nueva normalidad, porque nos ha costado siglos, llantos, sangre y esfuerzo construir está, en todo caso, que me hablen de justicia social, de libertad, de amor hermano, de abrazos y besos, de sidras y manzanilla, de saetas, de figuras de cartón, de fuego por San Juan, que me hablen por fin, de lluvias de estrellas.
Un Ministro cesa a un cargo de la Guardia Civil y este hecho tiene cientos de minutos de televisión, programas de debate, se pide la dimisión del Ministro, en las cortes aparece como algo importante a debatir. Todo por un Guardia Civil cesado, y dimiten otros cargos en solidaridad, como en los viejos tiempos, si lo cesas nos vamos todos, parecen decir, no me gusta esa Guardia Civil, me recuerda a aquel viejo cuerpo que en el año 81 entro a tiros en el Congreso de los Diputados, no me gusta ese pulso al Estado que el estamento militar acompañado de la derecha política más rancia de una democracia europea está haciendo, pero sobre todo, no me gusta que un militar, sea del rango que sea, ponga en jaque al poder político, porque si no está de acuerdo, que se quite el uniforme y se presente en las próximas elecciones.
No me gusta y me da miedo cualquier ruido de sables.

Que aquí estamos de presta'o
que el cielo está nubla'o
que uno nace y luego muere
y que este cuento se ha acaba'o
Depende
Depende ¿de qué depende?
De según como se mire, todo depende
Depende ¿de qué depende?
De según como se mire, todo depende”
Se marchó perdiendo su vida por el cáncer, dejándonos en la memoria canciones para el recuerdo. Adiós Pau Donés.

Por culpa de una pandemia.
Junio 2020
Jose Salvador

lunes, marzo 16, 2020

ESTOY TEMBLANDO

Estoy temblando

No me da miedo este maldito virus que eligio acabar con mi salud si me pillaba, ni siquiera me da miedo sentir que se esconde en cualquier sitio con la capacidad de no ser visto, entre las manos o en el pomo de la puerta de casa. Tan duro es, que no me da miedo.

Pero si tengo mucho miedo, demasiado miedo y tristeza
A no poder besarte y hablarte desde lejos
a no sentir tus abrazos ahora que estoy en casa atrapado.
a no compartir risas con cervezas o cervezas con risas
a no compartir mi casa, ni la tuya
a no poder visitarte sabiendo que estas cerca
y peor aún, no poder hacerlo cuando estas lejos.

Tengo mucho miedo, a que este maldito virus 
toque lo más sagrado que tenemos
nuestros besos
abrazos
apretones de manos
juntar nuestros cuerpos conocidos o aún por conocer
compartir lo mucho o poco que tenemos
Este insolidario virus tiene forma de capitalismo
ataca todo lo solidario y nos quiere encerrar sol@s
en una burbuja de cristal
Y hemos de hacerle caso, porque ha contaminado
nuestros besos
nuestros abrazos
nuestros cuerpos
para que seamos nosotros los que contagiamos la muerte
a nuestros seres queridos
a vecin@s
amantes
amig@s

Es un virus, tan macabro, que sino te mata 
te utiliza como arma
y a veces, hasta las dos cosas.
Lo han llamado Covid-19
mas correcto seria llamarlo
malefic-19.

Estoy convencido ganaremos esta batalla
y tendremos que repensar
donde estamos invirtiendo
para que han servido tantos ejércitos
o trenes de alta velocidad,
8 horas de trabajo,
Murallas de pinchos
Fronteras llenas de muros
armas nucleares
religiones
...
si al final nos podía matar un beso
como la leyenda de Judas 
Sanidad, higiene, buena alimentación, educación, son las herramientas que tenemos para luchar contra esta pandemia.
Sanidad para curarnos, higiene para no contagiarnos
alimentación para tener buenas defensas
educación para crear valores ciudadanos
y científicos que descubran vacunas que alejen de nuestros cuerpos estas ganas víricas de matarnos.

Que nos sirva esta experiencia para:

Mayor inversión en Sanidad Pública

Mayor fomento de la higiene personal.

Mayor inversión en productos de alimentación saludable.

Mayor inversión en educación pública en valores y científica.

Las fronteras no las han derribado pateras, ni sirios huyendo de la guerra, ni mexicanos buscando El Dorado.
Las fronteras las ha derribado y cerrado paises, aislado continentes un virus microscópico que nadie tenia identificado, paso sin pasaporte, ni permiso de residencia, no cumplio normas, ni pidio permiso y aquí está entre nosotros. 
Repensemos este mundo.

Hemos aprendido la lección.

Encerrado en casa
Jose Salvador
Marzo 2020