Se acabó este 2018

Cada año suele ser la misma historia, con pocos cambios, nuevos propósitos y deseos de mejoría, este 2018 cuando comenzó pensabamos, creiamos, deseabamos que todo fuera a mejor, y quizás a ti, a mí a otros, a nivel individual le ha ido mejor o no. Pero esta bonita HUMANIDAD, ha mejorado poco:

- El cambio climático avanza desmedidamente, florecen los almendros meses antes, las aves migratorias llegan en diciembre en vez de en febrero, los volcanes rabian, las placas se mueven y causan terremotos, se deshiela el planeta, se calienta la atmósfera, la contaminación en nuestras ciudades aumenta, el ozono nos quema, mas cegara, más enfermedades en la piel. Y nuestros gobiernos, los que votamos, erre que te erre, no son capaces de ver que no es una cuestión de países o de continentes, aquí o nos salvamos todas o no queda nadie.

- La crisis aquella que comenzó por 2011 nos dijeron que habia llegado a su fin, pero, ohhhh ahora nos hablán de recesión económica de nuevos recortes sociales, el miedo permanentemente sobre nuestras cabezas, nuestros empleos. Siguen los desahucios, somos el séptimo país de europa en número de ricos, la banca siempre gana, los zara, los cortes ingles, ...... suman beneficios, pero los y las jóvenes siguen marchandose fuera para tener una oportunidad laboral, los contratos a gente joven no suelen superar los 7 dias en la mayoria de los casos, los salarios no llegan a los mil euros, los alquileres cada vez más caros pues el turismo aprieta. La eterna crisis del sistema económico que genera cada vez más beneficios pero se reparte cada vez menos. ¿Quién explotará esa burbuja?.

- Los valores sociales se olvidaron, ahora que es navidad, y dicen que vuelven a casa, parece que se nos olvidan por que se fueron. Mis tios, mis primos, se fueron a buscar trabajo a otro pais, sin nada, solo hambre de la época y ansias de un futuro mejor, fueron recibidos con trabajos precarios pero con cariño, con bajos sueldos pero sin xenofobia, hacian los trabajos que los lugareños no estaban dispuestos a hacer, o hacia falta más mano de obra, y así se convirtieron en nuevos ciudadanos, y mandaban dinero a su lugar de origen, haciendo crecer la economía de España, la que tanto se nombra ahora, e hicieron crecer la economía del lugar donde llegaron, Francia, Alemania, Argentina, Venezuela, Ecuador, .... ¿os suena?, no son historias de abuelitos, son gente que se sigue sentando a nuestras mesas cada Navidad o cada verano, con la añoranza de no querer perder sus raices ni a su familia, pero sabiendo que allá lejos está lo que construyeron como futuro. Hoy, tambien, está los y las jóvenes de enfermería de Inglaterrra, Portugal, Alemania, y con ellos y ellas miles de jóvenes profesionales que repiten la historia que hicierón mis tios hace ya mas de 50 años. Pero SORPRESA, cuando son otros los que vienen, como mis mis tias y tios, sin nada, en patera, o en avión, en tren o por carretera, en busca de una oportunidad, para construir un futuro mejor, para enviar dinero a sus paises de origen, Marruecos, Venezuela, Argentina, Ecuador, Perú, Mali, Sahara, Guinea, ......y hacer más rica nuestra economía, y tener los trabajamos peor pagados, y la mayoría de veces explotados, repito, cuando son ellos y ellas, NOS MOLESTAN, queremos que entren ordenados, cuando nosotros queramos, no cuando ellos tengan hambre, cuando nosotros digamos que los necesitamos, no cuando ellos tengan la necesidad de construir un futuro mejor, más digno.

Lo que más me duele de todo esto, que casi 400.000 andaluces y andaluzas, un pueblo que tiene más gente repartida por el mundo que en su propia tierra, andaluces hay en cualquier lugar que visites, se fuerón de Almería cuando esta solo era hambre y lagañas, de Granada cuando la ciudad solo la cubria la nieve, de Málaga cuando solo podian vivir los guiris, y así de cada una de las ocho provincias, de una Sevilla comida por la dejadez, una Cordoba engañada, Jaen apartada en un ricón, y Cádiz, escuchar sus carnavales que son historia viva. Esa era hace muy poco nuestra Andalucía, cuando ibamos a Canarias, o a Ceuta y Melilla, para trapichear con artículos baratos comprados en puerto franco, o vendiamos las verduras en carros directamente del campo sin canales de distribución, cuando en el zapillo de Almería en verano esperaban a catalanes y madrileños para poder sobrevivir luego todo el invierno. y hoy, pasados muy pocos años 400.000 andaluces y andaluzas votan a Vox un partido, racista, xenófobo, machista, homófobo, ¿NO NOS DA VERGUENZA?, ya no recordamos lo que fué Andalucía. Parece que nos gusta repetir la historia.

Cuando un pueblo quiere cerrar sus fronteras, sus puertas y ventanas, y no deje que pase el sol de cada mañana, el saludo de cada visitante, la riqueza de cada cultura, o el alma viajera de cada poeta, ese pueblo, esta abocado a morir en la más absoluta de las oscuridades, y ANDALUCIA, tiene una bandera BLANCA de paz, de sol, de bienvenida, de pueblos blancos en las laderas de la montaña o frente al mar que los baña, VERDE, como sus campos, como esa esperanza que cantamos cuando nos juntamos 4 frente a una copa de vino y una guitarra, verde como las espigas antes de convertirse en rico trigo. Que no se nos olvide nunca nuestra historia, ni nuestra bandera. Abre cada una de las ventanas de tu casa, saluda a la gente que te visita, y sobre todo empapate de la cultura que te trae el viajero, sea por placer o por buscarse un futuro mejor.

Que 2019 aparte del camino a los intolerantes, machistas, xenófobos, homófobos y racistas, que no dirijan nunca los designios de esta sociedad que hemos construido a base de mucho esfuerzo, los de dentro y aquellos que tuvieron que marchar lejos. NO permitas que malas personas alcancen el poder, aunque hoy su sonrisa te pueda parecer embrigadora o sus propuestas ante tu desesperacion te parezcan una puerta de salida, porque recuerda, mañana alguien de tu familia estará fuera y querras que lo traten con el mismo cariño que lo tratas tú.
Hagamos de 2019 un buen año, tambien nosotros y nosotras tenemos responsabilidad en lo que construimos.

FELIZ 2019. Jose Salvador