BUSCANDO BESOS ENCONTRE HUMEDAD

Este espacio lo utilizo para escribir lo que me apetece, a veces, tiene que ver conmigo y otras con lo vivido sin ser el protagonista, pero siempre estoy de acuerdo con reflexionar sobre lo escrito.

al otro lado del teclado estoy yo y quien me lee, ojalá algún dia la humedad solo sea de los besos que me das.

sábado, noviembre 26, 2005

EN UN CAMPO DE FRESAS





- Hola, ¿Qué haces mirando tan fijamente?.
- Hola, ¿Cómo estas? ¿Me decias?.
- Sí, que porqué miras tan fijamente al horizonte de estos campos.
- Anoche soñé, que estos campos estaban regados con sangre de Marruecos, de Polonia, de Rumanía, de África, ...........
- Tío, a ti de vez en cuando se te va la olla.
- Mira al horizonte y dime que ves.
- Qué voy a ver, veo miles de hectareas plantadas de fresa, tantas como hasta donde se te pierde la vista y ya no la puedes encontrar.
- Sólo ves eso, vuelve a mirar, pero mira con el corazón no solo con los ojos.
- Sí, sí, con el corazón, veo un campo inmenso todo verde, verde y más verde.
- Tienes el corazón parado, es imposible que no veas lo que está pasando.
- Pero ¿Qué está pasando?
- No ves, mi sueño era real, si te fijas cada mata verde esta salpicada de montones de manchas rojas, manchas rojas sangrando, esa es nuestra sangre, ese fruto está ahí por nosotros para que sea arrancado y nunca más nuestra sangre sirva para regar campos ajenos, campos que no son nuestros.
- Sí, ya lo veo. Llevas razón miles de hermanos como nosotros se han dejado la piel, la sangre en estos campos de Huelva, o de Almería o de cualquier parte del mundo, menos de nuestra tierra.
- Espero que cuando salga el sol seque los campos, y esas frutas rojas dejen de ser el sufrir de nuestra sangre.

Texto extraido de una conversación entre dos hermanos negros a las cinco de la madrugada frente a un campo de fresas.

No hay comentarios: