hablando de quereles por la ventana

A tu novio lo han visto por la mañana hablando de quereles por la ventana

Es tan irrepetible un beso que hasta me duele cuando no lo doy, siento un dolor tan intenso que empiezo a besar el aire y quiero que mis besos lo atrapen las moléculas de tu boca, allí donde te encuentres, allí donde me estés esperando, allí donde tus ojos han de encontrarse con los míos, quizás, ya estamos tardando demasiado, hemos cogido caminos diferentes, dispares, distintos, nos hemos ido alejando el uno del otro para luego buscarnos desesperadamente, pero, y de ello estoy seguro, te encontraré.

Me he repetido mil noches, cuando la cama esta mas vacía y más se nota la soledad, que tengo que encontrarte, aunque, para ello tenga que recorrer cada uno de los pasos que has ido dando.

Sentir que la cama esta vacía es una putada, pero despertarse sin que nadie te de un abrazo, consume, consume aire, aliento, besos, ganas, lágrimas, peso, espacio, y sobre todo consume quereles. La luz se vuelve mas tenue, y el despertar más pesado, las cosas tienen menos sentido, el café huele menos a café, le hechas la culpa a la marca, la ducha está más fria y le echas la culpa al agua, el albornoz raspa y la culpa es del suavizante, la gomina te deja el pelo grasiento y le echas la culpa al ……….

Y en el fondo sabes que todo pasa, porque esta mañana al levantarte nadie te dio un abrazo, ni un beso, por no darte no te han dado ni los buenos días. Y duele, duele mucho más que el pisotón de anoche en la uña del pie recién operado, duele, duele mucho más que acostarse con un cerdo machista por 30 euros la hora, duele, duele mucho más que la triste mirada que me dirigiste ayer cuando te dije que estaba enamorado, duele, duele mucho más que el beso que siempre me has negado, duele, duele tanto, que por doler hasta el dolor me esta doliendo.

La música suena de nuevo, otra vez esa canción de amor, otra vez me recuerdan que te estoy buscando, que no he de entretenerme en historias de príncipes y caballos, que tengo que mirar a los ojos, que tú estas detrás de ellos.

Mirare solo los ojos de mi amado, para saber que es él, y después de mirarlos, podré mirar su sexo y acariciarlo y sentirlo mío, y hacerlo mío y yo suyo, pero primero tendré que mirar a tus ojos, solo a tus ojos.

“Han debido de quererte tanto para que me olvidaras”, así dice una famosa canción famosa. Aún he de quererte tanto.

Jose Salvador