BUSCANDO BESOS ENCONTRE HUMEDAD

Este espacio lo utilizo para escribir lo que me apetece, a veces, tiene que ver conmigo y otras con lo vivido sin ser el protagonista, pero siempre estoy de acuerdo con reflexionar sobre lo escrito.

al otro lado del teclado estoy yo y quien me lee, ojalá algún dia la humedad solo sea de los besos que me das.

jueves, mayo 17, 2007

MANIFIESTO


Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia Por el reconocimiento internacional de lesbianas, gais, bisexuales y transexuales

Según una opinión bastante extendida, lesbianas, transexuales, gais y bisexuales, hoy en día, disfrutan de mayor libertad que nunca: están presentes y son visibles en la calle, las revistas, la televisión, el cine... Parece una realidad completamente aceptada, máxime teniendo en cuenta los avances legislativos más recientes en algunos países, en los que se ha procedido al reconocimiento de derechos para las parejas del mismo sexo, incluido en algunos el derecho al matrimonio. Hay una opinión, bastante generalizada, de que si bien son necesarios algunos ajustes para erradicar las últimas discriminaciones, la evolución de las mentalidades y el simple paso del tiempo permitirán que se llegue a una situación de normalización plena, consolidándose así un proceso que habría comenzado hace ya varias décadas.

Sin embargo, una observación más atenta muestra una situación completamente diferente. No cabe duda de que el siglo XX ha sido uno de los que más manifestaciones de violencia homófoba ha conocido: deportaciones en los campos de concentración bajo el régimen nazi, goulag en la Unión Soviética, chantajes y persecuciones en los Estados Unidos en la época de McCarthy, establecimiento de la Ley de Peligrosidad Social en España, bajo el franquismo, que hizo que numerosas personas acabaran en la cárcel por el mero "delito" de ser gais o lesbianas... A pesar de todo, hay quien piensa que esas situaciones son "Historia", algo lejano y superado, olvidando que en la actualidad, la mayor parte de las lesbianas, de los gais y de las personas transexuales, se ven abocados a llevar una vida en condiciones terribles, pues la homosexualidad y la transexualidad en casi todas las partes del mundo, cuando no están penalizadas legalmente, son motivo de discriminación social y de rechazo.

Así, en al menos ochenta estados la homosexualidad está perseguida por la ley (Argelia, Senegal, Camerún, Etiopía, Líbano, Jordania, Armenia, Kuwait, Puerto Rico, Nicaragua, Bosnia...); en varios países esta condena puede llegar a ser superior a diez años de prisión (Nigeria, Libia, Siria, India, Malasia, Cuba, Jamaica...); a veces la ley contempla la cadena perpetua (Guyana, Uganda). Y en una decena de naciones la pena de muerte se aplicada efectivamente (Arabia Saudita, Afganistán, Irán...).
Recientemente varios presidentes de estados africanos han afirmado brutalmente su determinación para luchar personalmente contra una plaga -la homosexualidad- que ellos califican de antiafricana. Incluso en otros países donde la homosexualidad no está tipificada en el código penal, las persecuciones se multiplican.
En Brasil, por ejemplo, los escuadrones de la muerte y los skin heads siembran el terror: 1960 asesinatos homofóbicos fueron censados oficialmente entre 1980 y 2000. Incluso en nuestra sociedad, que parece tan avanzada, las agresiones homófobas y transfóbicas son una realidad cotidiana: las muestras de afecto entre dos personas del mismo sexo o la mera presencia de personas transexuales no se toleran en no pocos espacios públicos, siendo motivo de maltrato y rechazo.

Las condiciones en las que los jóvenes gais o lesbianas se ven obligados a vivir su adolescencia suelen estar marcadas por la homofobia de su entorno, en ocasiones de la propia familia, lo que repercute negativamente en su posterior desarrollo y estabilidad emocional.

No es fácil ser lesbiana, gai, transexual o bisexual en casi ninguna parte del mundo, porque la homofobia y la transfobia están en todas ellas omnipresentes.

En nuestro país, las mediadas legislativas que se están produciendo en estos últimos meses suponen un elemento importante de avance y de igualdad real, aunque estamos muy lejos de poder decir que la "tolerancia" o el respeto estén ganando terreno. A nivel mundial más bien parece lo contrario: en la mayoría de los Estados actualmente constituidos, homofobia y transfobia se manifiestan hoy con más violencia que ayer y la tendencia, por tanto, no es hacia la mejoría generalizada de la situación, como sería de desear.

Por todas estas razones celebramos este 17 de mayo como el Día Internacional Contra la Homofobia y la Transfobia, recordando que hace 15 años, el 17 de mayo de 1990, la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) suprimió definitivamente la homosexualidad de la lista de las enfermedades mentales -donde nunca debió estar-, con lo que se puso fin a casi un siglo de homofobia médica y de discriminación sistemática contra lesbianas, gais y bisexuales. La propuesta de un Día Mundial Contra la Homofobia y la Transfobia es una iniciativa que cuenta con el respaldo de la Asociación Internacional de Lesbianas y Gais (ILGA) y con el de numerosos colectivos y entidades que están presentes en más de 40 países.


Celebrar este 17 de mayo supone reforzar la solidaridad con todas las lesbianas, gais, bisexuales y transexuales (colectivo GLBT) del mundo entero y reafirmar el compromiso con quienes en cualquier parte sufren las consecuencias de la Homofobia y la Transfobia. Queremos también hacer un llamamiento a todas las instancias nacionales e internacionales para que inscriban este día en su agenda oficial, siguiendo el ejemplo de otras fechas de conmemoración y lucha por la igualdad, como el Día Internacional contra el Racismo, el Día Mundial de Lucha contra el SIDA. El reconocimiento de este día debe suponer un compromiso claro de toda la comunidad internacional, y de la sociedad en su conjunto, por erradicar y combatir cualquier forma de discriminación y violencia. Homofobia y Transfobia son dos formas de discriminación que no deben tener cabida en nuestra sociedad, por constituir dos lacras que atentan contra la convivencia, contra el respeto a la diferencia, contra la diversidad y contra los Derechos Humanos, pilares que deben sustentar cualquier sociedad democrática y plural.--

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es hora de avanzar de verdad, para que de verdad seamos todos iguales, y no sea una frase hecha nada más.

Besos desde el agua