Perro por tu estirpe y lucky por tu suerte.
Cuanta razón llevan aquellos que dicen, quejándose, "vaya vida de perro que llevo".
Al salir del ascensor y tocar a mi puerta, aún sin abrirla escuche unos gemidos, leves, suaves, apenas los podía oír, pero eran gemidos de un animal, de eso si estaba seguro, pero claro, al timbre de la puerta, todavía no conozco a ningún animal que vaya por ahí tocándolo, preste más atención, -no había duda- eran los gemidos de un animal, pequeño, peludin, suave, si detrás de la puerta en vez de estar yo, hubiese estado Juan Ramón Jiménez, no le hubiese escrito al burro, sino, a este humilde y pequeño cachorro que llamaba a mi puerta.
Al abrirla, la vi a ella, claro que no me sorprendió pues las esperaba para cenar, pero aquello que llevaba entre sus brazos, aquel ser tan pequeño, tan temblón, tan debilucho, tan, tan, si me sorprendió, más aún, me enamoró. No pude más que cogerlo entre mis brazos antes de preguntar por nada ni por nadie, necesitaba darle calor y que dejara el pobre de temblar, lo miré fijamente, y dije hoy es tu día de suerte Lucky, vivirás como un perro, que eso para ti, ya es un milagro.
Quisieron asesinarlo, sin mirar si quiera sus posibilidades de vida, es muy complicado buscar a alguien que quiera quedarse con el animal, es muy complicado buscar a una asociación que se pueda hacer cargo de él, es mucho mas fácil matarlo, impunemente, sin tener el valor de mirarlo a los ojos. Ojalá, nunca nadie, te deje de mirar a los ojos. (dedicado al que quería matar a lucky).
Y a ti, Álvaro, y a tu amiga, y los/as que se han quedado con el perro o perra, miles de besos van para allá los iréis recibiendo durante toda la eternidad, pues, un beso es como una caricia que se le da tan solo al que hace el bien mirando a los ojos de los demás.
NOTA: si queréis saber quien es lucky y que pasó con el visitar la página personal de mi colega Álvaro
Jose Salvador
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