VOYEUR

VOYEUR

Antes por lo menos fumaba, y la copa en la mano, me daba un aire solo de relativa soledad; me sentaba hasta altas horas de la madrugada, en algún punto estratégico del Púb. de turno, desde el que poder observar al resto de la gente dejarse llevar por la música (que nunca sonaba a mi gusto) el alcohol, la coca o la sensualidad de los cuerpos en movimiento. En resumen: soy el que está solo en la barra con su copa en la mano, mientras contempla la noche. Estoy seguro que me habéis visto, que ya sabéis quien soy.

Guardo bastantes tesoros acontecidos en mi retina, en las largas noches de soledad apoyado en la barra del bar, sin cigarro ya pero con copa eso sí, que el alcohol a mí a parte de borracho me hace ver a al gente mucho más guapa.

Por lo común, suele aburrirme la relación que surge entre cualquier potro que salga buscando guerra, y el anónimo jinete que acabará montándolo, pero a falta de nada mejor que mirar terminé, cierta noche, por prestar toda mi atención a un moreno musculado que bailaba pegando el culo al paquete de un tío al que acababa de conocer.

El espectáculo acababa de dar comienzo.

Él tenía que seguir todos los pasos necesarios, no podía, no quería, sentirse una “puta” ante los demás. Por lo tanto, empezó su ritual: Primero miraditas, después bailar pegados, o más que pegados, a continuación “que corra el aire” y más miraditas, después la sed y la invitación a la copa, esto alumbraba el final del ritual, el jinete, tenía que actuar ya, el potro estaba domado. Lo atrajo hacia él y firmaron el contrato no escrito de una noche de sexo con un solo gemido.

Me jodieron pronto la noches, pues había dejado de observar al resto del personal del puto bar, y ellos ahora, se largaría a follar a cualquier cuarto oscuro, eso seguro, pues ese potro no tenía nada de glamour, más aún, denotaba aires de niñato de barrio, bueno, porque el crío estaba bueno a rabiar, pero niñato, de estos que van siempre calientes y presumiendo de machitos, ellos son todos bisex.


Volvía a estar solo, más solo que la una en aquel garito de mala muerte, con música que no me gustaba, y con gente extraña, a la que hacia rato, había dejado de observar. Mi mirada no tuvo más remedio que hacer de nuevo el esfuerzo de buscar una presa, la noche se tornaba larga, que me diera la satisfacción de no haber perdido una noche más. Había noches en las que me sentía un auténtico fracasado, llegaba a casa sin haber observado detenidamente a nadie, si haber despellejado a ningún ser humano, y se que es triste sobre todo para mi edad que aún soy joven,. Por eso, repito, esta noche se tornaba larga y tenía que buscar una presa, es una cuestión de dignidad.

Comencé mirando a los últimos llegados a la barra, con sed y ganas de alcohol para desinhibirse, sinceramente no vi nada que me llamase la atención, más allá de un par de culitos de esos que uno añora tener cerca de vez en cuando. Seguí con mi mirada recorriendo todo el bar, como la espuma de afeitar recorre cada uno de los pelos de nuestra barba. Nada, nada, nada, seguí sin ver nada, … ya empezaba a ponerme nervioso, cuando al volver la mirada hacía la zona de los baños, lo ví, joder que si lo vi, estaba de pie, apoyado en la pared, con cara de cansancio, tendría unos 40 años, robusto, pelo en pecho, cara de hombre, cuerpo de hombre, y mirada de hombre, me puso como una moto y por primera vez pensé como sería eso de observar a ser observado.

Me dirigí velozmente, cual gacela en celo, a la zona de los baños, ese macho tenia que ser para mí o empezaría a dudar de mis habilidades como conquistador, llegué al baño lo miré, me miro detenidamente y sonrío en ese mismo instante la puerta del baño se abría y dejaba libre el paso al siguiente, que era, mi macho, entró y cuando estaba cerrando la puerta mirándome detenidamente, puse mi mano y entre al mismo habitáculo que él, directamente pasé a sobarle todo el cuerpo, a besarle la boca con desesperación, a endurecer bien su entrepierna, baje todo lo que pude sin llegar a ponerme de rodillas pues el suelo estaba realmente asqueroso, aquel macho ya estaba en mis redes, o eso creía yo, de pronto me dijo:
- Para hombre para, que tendrá tiempo, primero déjame que eche una meada que estoy que reviento- joder que belleza de instrumento, nunca algo colgando me había parecido tan bello.

Salimos del cuarto de baño, y nos dirigimos a la zona de la barra, al llegar, me volvió a dirigir la palabra – Tío, no estas mal, pero me gusta la gente mas joven que tú. Tú me das morbo, pero nada más, lo siento y gracias por la mamada del baño, eso si tienes que eres un buen mamón, así que suerte y espero que encuentres lo que buscas.
Me quede quieto sin saber que hacer, él se alejo y yo volvía a estar en la barra, sin cigarro en la mano, sin copa y con un calentón de mil demonios, puta noche me dije, y puto yo.

Jose Salvador
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